dimecres, 18 d’agost del 2010

PRINCIPIO .... FIN .... MÉTODO .... HISTORIA

Había decidido mentirle. Sacando el fajo de papeles de aquella cartera de piel sintética, regalo de mi hermana, había tomado esta decisión. No debía enterarse de que no podría cumplir la promesa que le hice y que me costó lo suyo para poderla convencer que me dejara hacer ese viaje. Mamá era así de persuasiva, a golpe de promesas, como de talonarios, iba formando y reformando la educación de sus hijos, los cuales echaban de menos el calor de la caricia y el aliento de un beso.

Contaba con diez años menos, treinta y pocos de mi existencia, que decidí volver a mi Barcelona de donde nunca debí salir. Ya entonces la palabra que más sonaba era “crisis”. Hasta las calles y los edificios del casco viejo parecían rezumar esta palabra, lugares donde la inmigración y el desaliento por la falta de trabajo causaban estragos en el ánimo de los barceloneses de imitación, aumentando a su vez la delincuencia y el pavor de ver a una policía incapaz de controlar el caos que se avecinaba.

Me había rebelado contra mi vida anterior, hasta el punto de abandonar el hogar de mis padres a los que, por necesidad, había acudido tras mis problemas con mi ex esposa y la custodia de mi hija.

Fue la época en la que me reencontré con mi amiga Fina, alabada y deseada, querida y añorada. Ella, sorprendida por la decisión que había tomado, se cuestionaba si me había precipitado, pero a la vez se alegraba de tenerme otra vez cerca, a su amistad inmortal y a su amigo fiel.

Mi retorno no lo anuncié a pleno pulmón, sino que fue un retorno discreto, sin que muchos conocidos supieran de él, pero aún tenía el dolor de mi derrota por el engaño, y la vergüenza del perro que vuelve al amo con la cola entre las patas sabiendo que había hecho mal. Pero mi decisión de volver era firme y sin duda deseaba empezar de nuevo, pobre, casi sin recursos, pero con la ilusión del joven que inicia un camino nuevo y está ávido de aventuras.

Mi vida se había vuelto simple y asceta, hasta el punto que durante las cercanas Navidades lo pasé algo mal por la falta de los recursos a los que habitualmente estaba acostumbrado, pero durante esa Navidad pasaron cosas que me emocionaron a pesar de mi circunstancia personal. La Nochebuena la fui a pasar a casa de Ignacio, Nacho para los amigos, y de su esposa Wendy y su hija Ada, la pequeña es la más maravillosa ahijada que uno puede desear. La reunión con su familia me hizo recordar lo bonito que es tener familia y estar todos juntos en esas fechas. Mi corazón estaba destrozado y la familia de Nacho fue como la cinta adhesiva que unía los pedacitos de mi alma.


..... TO BE CONTINUED

1 comentari:

  1. Un bon començament, dur i punyent, com en les millors novel·les, però alguna cosa em fa pensar que el final encara serà millor. M'agraden els acabaments on l'heroi triomfa!

    ResponElimina